La integración de prácticas de seguridad e higiene industrial no solo es una obligación legal, sino también una oportunidad para impulsar la sostenibilidad empresarial. Al priorizar la seguridad de los trabajadores y la protección del medio ambiente, las empresas pueden obtener beneficios económicos tangibles, como la reducción de costos asociados con accidentes laborales, multas por incumplimiento normativo y pérdida de productividad. Además, al adoptar tecnologías y procesos más seguros y eficientes, las organizaciones pueden minimizar su impacto ambiental y mejorar su reputación como líderes en responsabilidad corporativa. En última instancia, la seguridad y la higiene industrial no solo protegen a las personas y al planeta, sino que también impulsan el éxito a largo plazo de las empresas en un mundo cada vez más consciente de su impacto ambiental.